Buenos días Painers, hoy os voy a contar mi historia.
El curso de 2012 fue el mejor año tanto académico como
social. Las clases eran una juerga con mi mejor amiga, y todos los fines de
semana nos íbamos de fiesta, como todas las adolescentes. Todo fue a peor en el
curso del 2013. Me cambiaron de clase y la unidad del grupo se fue deshaciendo.
Siempre he sido muy tímida a la hora de hacer amigos, y que me cambiasen de
clase implicaba hacer amigos (y eso me aterraba) , porque no conocía a nadie.
Gracias a Dios en esa clase estaba mi amiga A. que si no hubiese sido por ella
hubiese estado más sola que Adan en el día de la madre.
A. siempre ha sido una gran amiga, y gracias a ella me fui
abriendo poco a poco, hasta ahora, que soy una persona muy sociable. Relacionarme
pasó de ser un miedo a ser algo cotidiano. Ya no me cerraba en una burbuja y
esperaba a que alguien me hablase, no, era yo la que rompía esa estúpida
burbuja.
Durante ese curso necesité mucho a A. hubo muchos problemas
en mi grupo de amigas por una chica que había empezado a ser amiga nuestra
hacía poco. A consecuencia de eso nos
separamos. Conmigo estaban mi mejor amiga y A.
Después de la separación del grupo caí en picado. No salía,
los estudios me iban mal, incluso llegué
a autolesionarme repetidamente. No daba abasto. Cada vez que conseguía animarme
un poco, me llevaba otro palo. Era una detrás de otra, pero iba aguantando como
podía. Empecé a desconfiar de todos, y eso es algo que hoy en día aún no he
podido remediar. Pensaba que mi mejor amiga me evitaba, que la gente hablaba de
mi a mi espaldas…era una paranoia constante.
Yo misma pensaba que estaba loca.
Con eso llegaron los complejos, aunque eso empezó nada más
acabar el verano 2012, por culpa de un chico. Medía 1’60 y pesaba 50kg. Pensaba
que estaba gorda, y como una imbécil empecé a vomitar. Todo acabó el verano del
2013. Estaba depresiva completamente. Todo había salido mal, me sentía sola,
sin mis amigas, el grupo era lo más grande que tenía, un apoyo muy grande y lo
había perdido, desconfiaba incluso de mis mejores amigas. Así, sin quererlo ni
premeditarlo, me emborraché con mi mejor amiga hasta acabar en el hospital
porque no había comido nada antes. Esa misma noche me pude ir a casa, no fue
demasiado grave.
Mis padres no se esperaban algo así de mí. Nunca había
llegado borracha a casa, las notas que sacaba eran demasiado malas para lo que
sacaba normalmente y no me levantaba de la cama.
Mi madre se dio cuenta de que me pasaba algo mucho tiempo
atrás, pero quiso darme mi espacio, hasta que la madre de mi mejor amiga habló
con ella y le contó mis problemas. Me obligó a deshacerme los cúteres con los
que me autolesionaba, algo que no fue difícil pero a veces he deseado tener uno
a mano, de hecho tengo uno, pero le uso para cortar papel y cartón. Y me empezó
a cebar y a hablarme muy seriamente de estos temas (muy a menudo), que me
hicieron reflexionar y darme cuenta de que era yo la que se estaba hundiendo a
sí misma. No eran los demás. Mis complejos, mis obsesiones…todo eso era lo que
me estaba reteniendo en un pozo sin fondo.
¿Y qué más da que mida 1’60 y pese 50 o 55kg? Sí, puede que
no fuese estético, pero no me parece demasiado peso para una chica de 17 años.
‘La felicidad es la clave para el éxito.’ Eso me repetía mi
madre. Así que atenta lectora:
Me da igual que quieras ser perfecta pero no seas feliz,
porque siendo una infeliz nunca será bastante, y querrás más y más y nunca te
verás a tu gusto, perfecta. Así que recuerda,
La belleza física, la apariencia exterior, tiene fecha de
caducidad, pero lo que llevas dentro, es
lo que te identifica como persona, lo que contiene tus sentimientos, tus
deseos, tus ilusiones, tus sueños, tus capacidad de amar... Eso siempre irá contigo,
da igual la edad que tengas y lo que peses. Y eso es lo que verdaderamente
importará a la gente.
Nacimos para ser felices, no perfectos.
Y por eso creé este blog, para apoyar, defender y ayudar a
quien lo necesite. Porque podemos ser felices,
y perfectas de forma sana y natural.
Pain-